Dota 2, que alguna vez fue uno de los reyes del baile de graduación de los deportes electrónicos, ahora está de mal humor mientras su base de jugadores se ubica en la marca de “solo amigos” de 400,000 jugadores promedio. Esta ha sido la realidad del MOBA de Valve durante más de media década, en marcado contraste con el rompecorazones global League of Legends, que cuenta con la friolera de 115 millones de usuarios mensuales.
Ahora profundicemos en el ámbito de la audiencia de deportes electrónicos: la historia de dos queridos. Uno se está ganando corazones en todo el mundo, mientras que el otro, por decirlo suavemente, ha tenido mejores días en términos de encanto. El Campeonato Mundial de League of Legends 2023 batió récords con una audiencia máxima de 6,4 millones, un fuerte aumento con respecto al año anterior. Mientras tanto, Dota 2 ha experimentado una preocupante caída en la audiencia. Después de alcanzar un máximo en The International 2021 con 2,7 millones de espectadores, el evento más importante del juego ha experimentado una disminución gradual, con la audiencia de 2022 alcanzando un máximo de 1,75 millones y una asistencia aún menor en 2023 de 1,4 millones.
Las señales son claras: Dota 2 está experimentando su propia versión de “Inception”, atravesando niveles de estancamiento, sin la excitante manipulación de los sueños. Es crucial que Valve comience su propio resurgimiento dramático, inspirándose en otros éxitos de eSports para darle nueva vida al juego. Claro, iniciar la máquina de marketing a través de Steam es muy sencillo, pero ¿por qué detenerse ahí? El ecosistema de League of Legends está lleno de lecciones sobre crecimiento y compromiso. Desde la creación de contenido innovador hasta el fomento de una comunidad más vibrante, existen innumerables estrategias que Valve podría utilizar para dar nueva vida a Dota 2, si la empresa está dispuesta a ser audaz.