Los esports han evolucionado significativamente desde sus inicios modestos en los años 80 hasta convertirse en una industria que genera más de 1.500 millones de dólares anuales. Este fenómeno ha atraído a millones de espectadores, con eventos masivos que se celebran en estadios y transmisiones en línea que alcanzan audiencias globales.
El crecimiento de los deportes electrónicos ha sido impulsado por la popularidad de juegos multijugador como Starcraft y Counter-Strike en los años 90, lo que permitió que los torneos se organizaran de manera formal. Competencias de renombre como el The International de Dota 2 y los campeonatos de League of Legends ofrecen premios multimillonarios y reflejan el interés creciente en este ámbito.
Además, la industria abarca un ecosistema amplio que incluye desarrolladores de videojuegos, patrocinadores y plataformas de transmisión. Este ecosistema se ha convertido en un elemento clave para el desarrollo y la sostenibilidad de los esports, lo que asegura su expansión futura como uno de los fenómenos más importantes del siglo XXI.